soy el lazo de mi zapato... me aprieto fuerte a mi misma cada mañana... por seguridad, para cuidarme, para no hacerme daño.
Y derepente, en un momento tonto del dia veo que, sin saber muy bien como, me he soltado... y la ostia puede ser descomunal.
Y me vuelvo a atar, asegurando el nudo.
Hay dias en que en descuidos me suelto varias veces, he pensado que debe ser cosa de los roces... de los pantalones.
La mejor de las sensaciones, sin duda, es ese momento del dia en que puedo aflojarme, desanudarme sabiendo que ya nada me puede pasar y me convierto en el calcetin de estar por casa.
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